COMERCIO INTERNACIONAL SECCION 33

martes, 1 de marzo de 2011

PROBLEMAS GENERADOS POR EL SUBDESARROLLO

Emigración: Las emigraciones aumentan si hay superpoblación. No resulta fácil saber si la emigración será un problema o una solución para el país subdesarrollado porque, por una parte, los emigrantes suelen enviar divisas a sus familiares que se han quedado, también los emigrantes regresan por vacaciones con ingresos, ingresos que suelen llegar directamente a la gente sin perderse en corrupción. Así países como Marruecos deben el mayor porcentaje de PNB a los envíos de dinero de sus emigrantes.
Pero por otra, la emigración suele privar al país emisor de sus ciudadanos más emprendedores y decididos, además de la fuga de sus mejores cerebros.
Guerras civiles y movimientos guerrilleros: En muchos países las grandes desigualdades sociales, sumado a la falta de trabajo y al despilfarro público, cuando no también a las violaciones de Derechos Humanos, crea un profundo resentimiento en la población que puede desembocar en guerras civiles o el alzamiento de movimientos guerrilleros, siendo ésta, la opresión de una minoría rica contra la mayoría explotada una de las causas de conflictos.
De esta manera, uno de los problemas de muchos países que logran firmar la paz entre el gobierno y la guerrilla es dar una ocupación a los ex guerrilleros, un caso claro lo constituye Sierra Leona.
Inestabilidad política y social: Son sacudidas sociales que, si bien no llegan a desembocar en movimientos armados, producen colapsos en la administración, vandalismo, saqueos y un aumento de la inseguridad ciudadana.
Sobre explotación de los recursos: Las necesidades de los pueblos subdesarrollados de alimentos, medicinas o simplemente una vida mejor puede llevarlos a esquilmar sus recursos naturales en forma de caza furtiva, minería incontrolada, deforestación y la erosión de los suelos. Casos claros de estos comportamientos pueden apreciarse en Cuba y Madagascar.
Pandemias: La falta de medicamentos, de higiene, de una correcta alimentación y de infraestructuras forman uno de los mejores caldos de cultivo para epidemias de todo tipo.
A epidemias cotidianas como la malaria, el dengue o la aparentemente inofensiva diarrea se ha sumado, a finales del siglo XX, el SIDA. Éstas atacan con mucha más virulencia a las naciones menos desarrolladas; caso extremo es el de África donde muchos pueblos sólo cuentan con abuelos y nietos porque la generación intermedia ha muerto casi toda por el SIDA. Pero no debe tenerse a esta última enfermedad como la más grave, pese a serlo y mucho, la ya citada diarrea provoca numerosos casos de muerte por deshidratación en lugares como África donde el agua potable es muy escasa.

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