COMERCIO INTERNACIONAL SECCION 33

martes, 1 de marzo de 2011

CAUSAS DEL SUBDESARROLLO

La corrupción y la tiranía de sus gobernantes: Éste es un capítulo escasamente tratado por las ONG para el desarrollo; pero supone un lastre muy grande para el desarrollo de muchos países. La corrupción resta mucho dinero a los emprendedores de esas naciones, dinero que podía emplearse en mejorar sus negocios, obtener más beneficios y aportar más puestos de trabajo. No sólo es la corrupción mostrada por sus dirigentes y clase política en general, la justicia y sobre todo la policía son parte de esta característica. En muchos países policías y ex-policías forman bandas para extorsionar a empresarios y otros ciudadanos a cambio de seguridad o realizan ellos mismos secuestros y asesinatos.
Así mismo, la corrupción extrae un dinero de cuestiones vitales para el desarrollo, como las infraestructuras o la educación, para quedar en bienes totalmente improductivos, artículos de lujo, o ser enviados a cuentas bancarias en el extranjero. De esta forma las aportaciones de naciones ricas en forma de ayuda o préstamos les son devueltas rápidamente y con intereses en forma de ingresos en sus entidades bancarias.
Más graves consecuencias aún pueden tener las acciones tiránicas de los gobernantes. Por su desconocimiento, falta de formación, repulsa a cualquier tipo de crítica y cleptomanía evidente muchos gobernantes han conducido su país a la ruina más absoluta. Sería el caso de Zimbabue; una nación relativamente rica, especialmente para los cánones africanos, con un buen sistema sanitario, eficientes ranchos productores de carne y una potente producción cerealística, que ha pasado en menos de 20 años a un estado fallido con una inflación de miles de puntos anuales, epidemias y un éxodo masivo. De esta manera, los zimbabueses "cambiaron una élite eficiente y racista [contra los negros] por otra racista [contra los blancos] pero ineficiente".
La corrupción y la tiranía de los gobernantes no parece tener relación con su nivel de formación. Ciertamente muchos países han sido dirigidos por personas poco instruidas o semianalfabetas, caso de Idi Amin o Jean-Bédel Bokassa; sin embargo han existido dictadores con amplia cultura, como Kastings Kamuzu Banda en Malawi.
Otro efecto provocado por la corrupción de los gobernantes es la escasa solidaridad que promueve en el pueblo. Esto lleva a una mayor vulnerabilidad frente a unos poderes, que en muchas ocasiones, no son muy respetuosos con los Derechos Humanos. Además de dificultar las posibilidades de asociación entre los habitantes del país, imprescindible para una tarea colectiva como es el desarrollo.
Por último, suele ser habitual que cale en esas sociedades la idea de que la corrupción generalizada e impune es algo inevitable. Por lo que no resultaría lógico ni práctico luchar contra ella. Llevando a más desidia y más corrupción. Así se pueden llegar a escuchar en discursos públicos frases como “robad, pero poco” en el antiguo Zaire o “el extravío de algunos dineros” destinados a ayuda humanitaria en Argentina. Siguiendo esta misma línea existe la postura de que en muchos países, especialmente de África, donde no existe un poder judicial, o si existe es muy débil y manipulable, donde prácticamente todo lo controlan los gobiernos y donde no existen las libertades de expresión ni publicación; la corrupción no es que sea el mejor camino para vivir; es que es, según los defensores de esta tesis, el único camino.

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